Los amantes del cine clásico probablemtente la habrán conocido gracias las andanzas de siete niños y su alocada institutriz; cada uno de sus rincones, callejuelas y jardines subyacen en la memoria inconsciente colectiva como excusa para aprender a cantar "do-re-mi...do-re-miiiiii".


Un poco cursi, un un poco infantil, un poco divertida, vaya que la pelìcula puso en el mapa de nuevo a Salzburgo basta ver la oferta de tours que prometen llevarte a cada una de las locaciones, para darse cuenta de que fué un golpe de suerte para lo que sería una modesta ciudad de pequeño tamaño en la Austria de hoy día.
Alguna vez próspera y poderosa gracias a las cercanas minas de sal, punto de paso del comercio del mineral, es también es meca de melómanos que la reconocen como la cuna del genial compositor Wolfang Amadeus Mozart. 


Y a pesar de que en la vida real Mozart dejara esta ciudad gracias a la enemistad manifiesta de los obispos-príncipes que la regían desde las alturas de la Hohensalzbur Festung, el blanco castillo que la domina la altura del margen izquierdo del Salzwatch, y que lo mejor de su arte fuese estrenado en Viena o Praga, el turismo y cierto kitsh europeo han creado todo un comercio con el nombre del músico en esta ciudad. Estatuillas de cerámica, chocolates, discos, ropa, cajas de crayones, cualquier cosa sirve para que Wolfang pueda ser una marca que Compita con Mickey Mouse o Hello Kitty, al menos en las callejuelas de Salzburgo, cual se tratara de un Disneyworld con sabor austríaco, pensar en ello me provocó cierta gracia.
Sin embargo, su gente es cálida y amable, su entorno es realmente espectacular, y está cerca de montañas como el uberzalberg, donde Hitler tuviera su refugio de verano, llamado el Nido del Águila, sobre el Berteshgaden, hoy dentro de las fronteras de Alemania, o el Konigsee, lago donde los reyes veraneaban y que aparece en todo su esplendor como plano inicial de la película.
Sin embargo, su gente es cálida y amable, su entorno es realmente espectacular, y está cerca de montañas como el uberzalberg, donde Hitler tuviera su refugio de verano, llamado el Nido del Águila, sobre el Berteshgaden, hoy dentro de las fronteras de Alemania, o el Konigsee, lago donde los reyes veraneaban y que aparece en todo su esplendor como plano inicial de la película.
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